Del ruido a la voz que sabe más. El ruido dice: “No soy tan buena como los demás” . La voz que sabe más responde: “Mi camino no es igual al de nadie” . En mi juventud, ese ruido era incesante. Me miraba al espejo y comparaba mis rulos con el pelo lacio de las demás chicas. En mi cabeza, la belleza y el éxito siempre eran sinónimos de lo que yo no era. Más tarde, en mi carrera como locutora y actriz de doblaje, la comparación se disfrazó de métrica de éxito. Mi termómetro era la cantidad de castings que ganaba y los papeles que conseguía. Si trabajaba mucho, estaba en la cima. Si no, mi voz “no servía”. Sin darme cuenta, había convertido la comparación en mi brújula, y esa brújula me llevaba siempre al mismo lugar: la sensación de no ser suficiente. El ruido juzga. El ruido limita. El ruido encierra en una jaula de expectativas ajenas. Me frustraba por no ser la voz del personaje de moda, aunque ya había dado vida a otros que se habían vuelto parte de la memoria colectiva. ...
Entrenamiento de Lenguaje Consciente.